jueves, 13 de enero de 2011

El banalizar los riesgos, para la salud, de productos peligrosos es una irresponsabilidad


En rojo mis réplicas

TRIBUNA: FRANCISCO RICO

Teoría y realidad de la ley contra el fumador

FRANCISCO RICO 11/01/2011 El Pais

Quizá no por entero, pero en aspectos importantes la "Ley 42/2010, de 30 de diciembre, por la que se modifica la Ley 28/2005, de 26 de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo", etcétera, etcétera, es un golpe bajo a la libertad, una muestra de estolidez (Falta total de razón y discurso). y una vileza(Acción o expresión indigna, torpe o infame). Vayamos, brevísimamente, por partes, y en cada una con solo un par de calas.

Es un golpe bajo a la libertad (f. Facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos)., una muestra de estolidez y una vileza

Golpe bajo. Dejemos de lado que no pocos de los argumentos contra el tabaco carecen de rigor científico y son simple fruto del desconocimiento, por las actuales insuficiencias de la investigación En esta aseveración está el quid del debate ¿el humo del tabaco es una agresión a la salud de los NO FUMADORES o es una simple molestia como el ruido moderado? (Como cuando hace unos años el aceite de oliva se consideraba malo para el colesterol y se excluía de la "sana dieta mediterránea" en la que hoy tanto se ponderan sus virtudes). Concedamos asimismo que la prohibición de fumar en muchos lugares públicos es una medida juiciosa lugares públicos al que vetas a los no fumadores. En muchos, sí, bien está, pero ¿en todos? ¿En todos? ¿No habías afirmado en el primer y segundo párrafo que era una estolidez y una vileza?

A los fumadores en ejercicio a los cazadores en ejercicio y a los conductores en ejercicio se les veta la entrada en multitud de sitios, cómo a los cazadores que quisieran ir al parque del Retiro a pegar tiros a los conejos que por allí viven, o a los conductoros que les place circular por los parques infantiles. Mientras a nadie se le fuerza a ir a los bares o restaurantes que aquellos elijan evidentemente a mi nadie me impide ir al Retiro cuando están pegando tiros, ni llevar a mi hijo en un lugar donde los coches estan circulando, o sí ¿por qué no es solo para los cazadores? ¿Cuál es el problema para que los fumadores -clientes, dependientes, y dueños- dispongan de lugares en que los no fumadores sean libres de no entrar? Por Ley no hay problemas, se pueden constituir los clubs de fumadores. Y los dueños de un negocio para uso de público esta sujeto a las leyes como cualquier otro. Cada uno puede hacer de su capa un sayo: contra su voluntad no hay por qué protegerlo yo también estoy de acuerdo con eso pero la Ley a quien quiere proteger es al fumador pasivo, que si es consciente del peligro estaría todo el santo día huyendo “de cazadores que se empeñan en cazar en los sitios públicos” huy perdón quería decir fumadores de vagos peligros “ de vagos peligros” en estas palabras esta la madre del cordero, insisto y vuelvo al quid principal ¿es un vago peligro o es una agresión a la salud en toda regla? Más de las tres cuartas partes de los españoles da por buena la existencia de locales para fumadores. La ley de marras es una efectiva restricción de la libertad Partes de una falacia, nunca a nadie se le veta a entrar a ningún sitio por ser fumador, cazador o conductor por poner algún ejemplo y a nadie se le ha prohibido fumar, cazar o conducir; se regula donde estas actividades se pueden hacer al ser potencialmente peligrosas. Te cuento mi mujer es fumadora y yo no, en todo tiempo, hemos estado entrando los dos en los mismos sitios; antes de la Ley ella fumaba y yo, si quería hacer vida social, recibía la agresión del humo de los fumadores y después de la Ley los dos entramos y no recibo la agresión del humo ¿de que libertad hablas? y un estorbo a la conllevancia (esta palabra no está en el diccionario y no entiendo lo que quieres decir; intuyo que la utilizas como “tolerancia” pero insisto los que toleramos el humo por la fuerza somos nosotros que no lo producimos).

Estolidez. ¿Falta total de razón y discurso? O solo una parte Los redactores de la ley confirman clamorosamente la opinión que de los políticos tiene la mayoría de los ciudadanos mezclar la opinión que se tiene de los políticos y la opinión que se tiene de la Ley es mezclar churras con merinas. La torpeza preside en especial la lista de espacios vedados al tabaco. Es patente que el legislador ha ido señalándolos a voleo, según se le pasaban por la cabeza, sin ninguna preocupación por el orden y la congruencia lo de patente ¿para la mayoría?.

El artículo séptimo, así, cataloga los tales espacios desde la letra a hasta la equis. Al llegar a la erre menciona las "Estaciones de servicio y similares". A continuación, en la ese, introduce una disposición universal y omnicomprensiva: "Cualquier otro lugar en el que, por mandato de esta ley o de otra norma o por decisión de su titular, se prohíba fumar". Parece que ahí debiera acabarse la cosa. Pero no, el inventario vuelve a la enumeración particular: "Hoteles, hostales y establecimientos análogos", etcétera, etcétera. Para acabar majestuosamente: "En todos los demás espacios cerrados de uso público o colectivo" en esta frase lo que no termino de entender es la diferencia entre público y colectivo En comparación, la enciclopedia china de Borges es un modelo de lógica: "Los animales se dividen en a/ pertenecientes al Emperador, b/ embalsamados, c/ amaestrados, d/ lechones...". Anécdota curiosa pero se vuelve a mezclar el tipo de ovejas

De las luces que exhiben los parlamentarios reos del texto baste solo otro espécimen: según el artículo octavo, quien en un hotel quiera el desayuno en su habitación de fumador tendrá que salir de ella para que el camarero se lo sirva y que volver a entrar cuando el camarero salga es evidente que el camarero no tiene que sufrir los humos de un “ejercicio” que no es suyo.

Vileza. Domina la ley el espíritu persecutorio, en un horizonte de entredichos y busca de culpabilidades ("incluso en los supuestos de infracciones cometidas por menores"), de aliento a la intolerancia y la discordia, y de cerrazón sectaria a la realidad de la vida y de los hombres. ¿El desarrollo del art. 43 De la Constitución es vil? Mi convencimiento es que dentro de varios años, si no triunfa un motín castizo, tipo Esquilache, veremos como la aplicación de esta Ley es beneficiosa.

En la España de otros tiempos se llamaba malsín al que "de secreto avisa a la justicia de algunos delitos con mala intención y por su propio interés". Es un hecho que la ley y las incitaciones de la ministra de Sanidad están abriendo ya la puerta a los malsines. Nada tan fácil como la delación movida por conveniencias innobles, inquinas o malhumores, y anónima o presentada con una falsa identidad: no hay más que enviarla a cualquiera de las diligentes webs que le darán curso sin comprobar (así lo pregonan) "la veracidad de los datos expuestos por el denunciante". No se trata de una presunción: insisto, es ya un hecho. Con este párrafo estoy totalmente de acuerdo.

Donde la actitud inquisitorial y el celo puritano se precipitan vertiginosamente hacia la vileza es en el nuevo artículo 7 c, que generaliza la interdicción en los "centros, servicios o establecimientos sanitarios, así como en los espacios al aire libre o cubiertos comprendidos en sus recintos". En ningún otro sitio estaría más justificado que ahí fijar lugares y excepciones para fumar (también marihuana). Pero los padres de la patria, hijos de moralinas abstractas y huérfanos de toda comprensión humana, desprecian las personas y las situaciones reales.

En las cárceles y en los psiquiátricos está autorizado fumar "en las zonas exteriores" o en "salas cerradas habilitadas al efecto". A los viejos y discapacitados se les permite en las áreas ad hoc de los asilos, aunque de ningún modo al aire libre ni en sus habitaciones. Con los enfermos hospitalizados no hay la mínima complacencia. A los padecimientos que comporta verse en tal situación, el legislador añade, ensañándose, la tortura de la abstinencia. "¡Qué escándalo -debe de juzgar-, satisfacer los bajos apetitos de un paciente terminal -de cáncer de pulmón, pongamos- que no piensa en otra cosa que en echarse unos pitillos!". Con absoluta desestima de los datos, de la voluntad y el sufrimiento ajenos, sacrifica al individuo cercano en el altar de un remoto ideal genérico. Líbrenos Dios de los altos principios ¿la salud es un alto principio?.

P.S. En mi vida he fumado un solo cigarrillo. En cambio yo fui un gran fumador hasta que el medico me demostró que el humo me enfermaba (radiografías, espirometrías, pruebas de esfuerzos,…) Pensé que lo había dejado hace ya 20 años, pero no, a donde iba no encontraba espacios públicos sin humos, que eran muy pocos. Ahora el espacio público puedo utilizarlo y se llena de contenido la palabra “público”

Francisco Rico es miembro de la Real Academia Española.

lunes, 10 de enero de 2011

No hay medida en las palabras


Frases sacadas del artículo de Almudena Grandes en El País de 10 de enero de 2011

“Sin embargo, fumo, y por eso soy un problema para España.”

“ Es aquí donde, de la noche a la mañana, los fumadores nos hemos convertido en un factor de alarma social, capaz de absorber la ira y la frustración de quienes han hallado en nosotros el único límite de su tolerancia.”

“Ahora, nada me preocupa tanto como la caza de brujas que ha desatado el Ministerio de Sanidad.”.

Articulo sacado de la Constitución Española de 1978 Art. 43 que dice: 1. Se reconoce el derecho a la protección de la salud. 2. Compete a los poderes públicos organizar y tutelar la salud pública a través de medidas preventivas y de las prestaciones y servicios necesarios. La ley establecerá los derechos y deberes de todos al respecto. 3. Los poderes públicos fomentarán la educación sanitaria, la educación física y el deporte. Asimismo facilitarán la adecuada utilización del ocio.

Es evidente que la Ley no prohíbe fumar si no que desarrollando el art 34 regula donde no se puede fumar. Y también debiera ser evidente,entre otros muchos estudios medicos, que una de cada cinco muertes relacionadas con el humo, se producen entre quienes NO FUMAN.

Antecedentes: fui gran fumador. Estoy por la legalización de todas las drogas, esto es, al final uno se mete lo que puede, y su prohibición nunca lo ha impedido, es mas, ha aumentado el numero de drogadicto y sigue haciéndolo, para separar y actuar (divide y vencerás) contra dos problemas muy graves de la sociedad, uno la salud de sus usuarios de las drogas y su entorno, la decisión de curarse sería de ellos, las campañas de prevención y cura serian de la sociedad y el otro gran problema es el crimen organizado con el inmenso coste de sangre y económico que genera la prohibición.

Dicho esto, me da que AG no se explica correctamente cuando dice que ella, y los fumadores son un problema para España ¿Tal vez la del fusil y la bandera? o la de los ciudadanos que quieren que se avance en el desarrollo del Art. 43 de la Constitución y no quieren padecer un mal humo que no es suyo.

Sabiendo que las comparaciones suelen se odiosas me aventuro: El conducir vehículos o cazar animales son actividades que en España no están prohibidas como el fumar pero si sujetas a limitaciones, por ejemplo se regula donde se puede aparcar y circular con los vehículos, no poder circular en el patio de recreo de niños nos parece lógico y no esta regulado específicamente. También se limita las zonas donde se puede cazar, en El Retiro de Madrid o cualquier parque urbano, por muchos conejos que halla, sería una locura, aunque tampoco está legislado específicamente. ¿Los cazadores que no pueden pegar tiros en El Retiro o los conductores que no pueden circular donde juegan los niños, se pueden considerar un factor de alarma social capaz de absorber la ira y la frustración de quienes han hallado en nosotros el único límite de su tolerancia? o ¿Se puede llamar “caza de brujas” a la aplicación de una Ley para proteger de la agresión, con frecuencia mortal, del humo del tabaco?

Esperemos “que el tiempo que todo lo cura”, haga que veamos esta ley como innecesaria, como veíamos hace un mes, sin necesidad de leyes, que en un hospital no se debe fumar; Y recordemos que hace no demasiados años se fumaba hasta en las habitaciones de los enfermos. Cuestión de hábitos culturales. Pronostico que dentro de no mucho nos preguntaremos ¿Cómo montamos tales poyos contra una ley que en términos generales era necesaria?